El PSOE ha ido perdiendo cuota de poder en los últimos años y, con ella, la posibilidad de colocar en despachos públicos a los miembros de sus juventudes. Aun así, el principal partido de la oposición en España ha compartido durante años con su competidor esa querencia por tratar bien a sus jóvenes promesas y acompañarse, tras ganar unas elecciones, de un grupo de no electos pero afines.

Un caso paradigmático es el de David Lizoain Bennet, secretario de Economía y Europa de las Juventudes Socialistas de España. Con el PSC liderando el tripartito en el gobierno catalán, Lizoain fue nombrado responsable de Información y Programas Estratégicos. ¿Y eso qué significa? En realidad se trata de un cargo de asesor del entonces president José Montilla que, tal y como se especificaba en su nombramiento, tiene unas funciones más que abiertas a interpretación: “dar soporte experto y especializado en el ámbito que se determine a la Secretaria General de Presidencia y al Gabinete del Presidente”; “hacer el seguimiento, informe y evaluación de los temas relacionados con el ámbito de actuación correspondiente”; y “cualquier otra que le encargue el secretario general de la Presidencia”.

Durante el tiempo que ostentó el cargo, Lizoain cobró más de 60.000 euros brutos anuales (como funcionario nivel A 28 con complemento específico de 37.092,12 euros al año). Como cargo de confianza del PSC en el gobierno catalán, perdió el puesto en cuanto Artur Mas ganó las elecciones. Fue cesado el 27 de diciembre de 2010.

Esta no es el único caso en el que el PSOE coloca a algún miembro de sus juventudes en un cargo público aprovechando una victoria electoral. Un ejemplo idéntico, también en un puesto de asesor, se dio en febrero de 2012 en el ámbito local. Patricia Rodríguez Calviño, secretaria de Igualdad de las juventudes, fue nombrada asesora del grupo municipal socialista del ayuntamiento de Vigo. Por ese trabajo, para el que no necesitaba oposición, cobra un sueldo de 30.079,94 euros brutos anuales.

En algunos casos, la colocación de jóvenes promesas en puestos de las administraciones públicas requieren un viaje al pasado. Es el caso del PSOE en la Comunitat Valenciana. Aunque se haga difícil imaginar un gobierno valenciano socialista, lo hubo. Y colocó a los suyos. El Institut Valencià de la Joventut (IVAJ), una auténtica bolsa de trabajo para las juventudes del PP durante los últimos años, también lo fue para las socialistas.

En los 90, el tándem de director general y secretario técnico lo ocupaban, respectivamente, Joan Calabuig e Ignasi Pla. Años más tarde, Pla acabó siendo candidato de los socialistas valencianos en las elecciones de 2003 y 2007, derrotado en ambas ocasiones por Francisco Camps. Dimitió como secretario general del PSPV por unas supuestas irregularidades en unas obras en su casa.

Calabuig, por su parte, presidía la Unión Internacional de las Juventudes Socialistas (el mismo organismo del que ahora es secretaria general Beatriz Talegón) cuando fue nombrado alto cargo del IVAJ. Ahora, tras años como diputado, sigue siendo uno de los nombres destacados del partido socialista en la Comunitat Valenciana.

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