Cuando empezaron a salir a la luz los agujeros atesorados durante años en las cajas de ahorros, ciudadanos y periodistas prestamos más atención a un fenómeno que no por habitual era menos escandaloso: la politización de las cajas de ahorro. Durante años, los diferentes partidos han ido colocando a sus fieles en los puestos de responsabilidad de estas entidades. Bankia no es una excepción, sino más bien la muestra más significativa.

El clásico reparto PP-PSOE…

Rodrigo Rato, ministro de Economía y vicepresidente de los dos gobiernos de José María Aznar, es la cúspide de este sistema de designaciones. Su curriculum parecía dotarle de buenas referencias, a priori, para dirigir la entidad: fue director gerente del FMI durante tres años y asesor del Banco Santander hasta su llegada a Caja Madrid, paso previo a liderar la nueva Bankia. Diputado del PP entre el 82 y el 2004 -con algunos parones- era uno de los hombres fuertes del partido. Pasado el nubarrón, fue contratado por Telefónica como asesor para Latinoamérica, según se publicó en la prensa, pero ningún documento público avala ese cargo y la compañía no ha respondido a nuestra petición de información sobre el tema, y, posteriormente, volvió a ser nombrado asesor del banco presidido por Emilio Botín.

Rato no es el único consejero que aterrizó en Bankia desde el escaño. Virgilio Zapatero, que llegó como consejero desde la vicepresidencia de Cajamadrid, es la otra cara del reparto de bienes. Diputado socialista hasta 1994, fue secretario de Estado y Ministro de relaciones con las Cortes durante el gobierno de Felipe González. Su vinculación con el partido no se ha cortado, sino que se mantiene a través de la Fundación Pablo Iglesias, de la que es patrono.

También de las filas del PSOE llegó a Bankia Antonio Tirado, miembro del PSPV y alcalde de Castellón en los 80. Vicepresidente de Bancaja antes de la fusión, Tirado es uno de los muchos consejeros de Bankia provenientes de la rama valenciana de la entidad.

Pero el PP seguía siendo el macho alfa en este reparto. El número 2 de la entidad, hombre de confianza de Rato, era José Manuel Fernández Norniella. Quien fue presidente de la empresa de alimentación Ebro Puleva (ahora Ebro Foods) del 2000 al 2005 había sido antes secretario de estado de comercio y turismo de Aznar entre el 96 y el 98 y diputado popular del 93 al 96. También está vinculado con Cristóbal Montoro. De hecho, fue vicepresidente de la asesoría que montó el ahora ministro, Equipo Económico, hasta agosto de de 2009.

… e IU

Si el pastel a repartir es hermoso, PP y PSOE hacen hueco a algún otro partido. En el caso de Bankia, Izquierda Unida (IU) también se sentó a la mesa vía Cajamadrid. José Antonio Moral Santín, miembro de la Asamblea de Madrid en la segunda y tercera legislaturas, fue nombrado consejero de la caja madrileña antes de la fusión y, de ahí, pasó a Bankia. No era la primera vez que accedía a un cargo por designación política. Antes ya había conseguido colocarse en otro puesto en un ente que, a priori, también debería ser independiente: fue consejero y presidente de Telemadrid.

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